martes, 27 de noviembre de 2012

¡No habrá ratos para llorar!

Reincidiendo en su derrota. Veintitrés octubres, cuatro tetas y una falda. Acné, una cuenta en el LOL, y pasa de respirar. Pa' qué, si ya tiene el último de Extremo.

Explota su rabia, sus cartas de "amor" nunca enviadas, su silencio inexorable; y de esta rabia surge un verso, y de éste verso se derrite tu mirada, y de ésta mirada sobrehumedecida nace la frustrante realidad que refleja su irregular rostro.

Cree en la imposibilidad, más que en su propia sombra, su valoración personal negativa le impulsa a rasgar seis cuerdas empapadas en lágrimas, gritos, y más gritos de desesperación. Sólo espera a la muerte, que la vida es muy puta y la otra cae seguro. 

Chaval. Sólo como nunca, como siempre.

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